martes, 16 de agosto de 2011

La visita del Papa.

Se supone que debería ser tolerante con toda religión, y soy tolerante. Sin embargo, no vivo esa tolerancia para mí, miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, o SUD, o como se nos conoce comúnmente mormones.
El Papa viene a España y se ha montado algo más grande que si fuese un macro concierto.
No tengo nada contra quienes nos llaman sectarios se reunan con el líder a nivel mundial de su Iglesia; pero ¿por qué de otras fes religiosas a través de los impuestos debemos pagar ese viaje?
Seguramente que mucho habrán puesto los mismos católicos, pero soy de la opinión que comparten amigos católicos, que si tuviesen que pagar por mantener su Iglesia como hacemos otros y por ello somos criticados, la cosa cambiaría.
Recuerdo el caso de Steffi Graft que dejó de ser católica para no pagar el diezmo, pues en Alemania si se paga el diezmo: la décima parte de tus ganancias a la Iglesia.
Creer es gratis, pero los templos, parroquias, sinagogas, centros de reunión en general, no. Eso hay que costearlo. Y no creo yo que la Iglesia con lo poco que dan sus fieles en las cuestaciones de misas u otros medios puedan hacer lo que hacen. Al final deben ir a los impuestos. El problema es que Hacienda no hace una distinción entre católicos y no católicos, sin contar con los no practicantes que creen se salvan de los impuestos poniendo la cruz en los Servicios Sociales.
Bueno. Espero que se diviertan con parte del dinero de todos.

Marian García.