Estos días vivimos el juicio a los asesinos de Marta del Castillo y el cuerpo sin aparecer. Los jóvenes siguen sin decir nada. Los padres sin poder enterrar a su más que descompuesta hija, y los padres del principal acusado también destrozados por ver el hijo que han criado.
Todo esto me lleva a pensar en cómo nos educaron a los de los años sesenta y cómo son educados los jóvenes de ahora.
En algún momento; un iluminado psicólogo dijo que "debían los padres ser amigos de sus hijos, colegas, y así tener acceso a los secretos de sus hijos". Pero los hijos quieren autoridad, padres; pues para amigos ellos se los saben buscar. Por otra parte; este mundo tan ajeno a las normas de la iglesia, sea cual sea y el "logro" y orgullo de decir que son ateos, laicos y sólo creen en ellos mismos, ha dejado a la sociedad sin referentes.
No se trata de ser autoritarios con los hijos, pero tampoco dejarlos de la mano a que los educadores los eduquen. la labor de un profesor es enseñar y la de los padres dar unas pautas de conducta.
No se me ocurre nada divertido en un tema como este, pues ya son muchos los casos en que los jóvenes se toman a chiste el maltratar, violar, quemar, descuartizar, asesinar a alguien que no les cae bien o les molesta.
¿Ésta es la juventud de la que dependemos? De verdad; espero que si algún día tengo hijos no pase por el trago de tener asesinos en potencia en casa. Una cosa son mis locuras y otra estar fatal de la chaveta hasta el punto de no sentir nada. Cada vez es más visible que los hijos de hoy- no todos- son hijos del demonio y las películas de terror se quedan cortas con la realidad.
Recemos lo que sepamos para que los buenos valores de conducta regresen o no se aniquilen del todo. El futuro del planeta está en en ello.
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