En estos días estamos viendo como hay una ola de violencia en Oriente Medio. primero comenzó en Túnez, pasó a Egipto hasta derrocar a Hosni Mubarak a pesar de querer tapar las bocas cerrando las redes sociales y controlando la prensa vista, oída y escrita; luego Yemen, Barhein- espero haberlo escrito bien- y Libia.

Es increíble como la gente está luchando por su libertad a pesar de que Gadafi y su heredero que, como dijo un analista en Onda Cero, parece un portero de discoteca, prefieren matar a su pueblo antes de bajarse del poder.

Quienes digan que debemos cerrar los ojos ante tanta violencia son unos indolentes que cuando vean que también cierran sus bocas dirán, "¿y cuándo nos ha pasado esto a nosotros?".

Este tema me lleva al de los controladores aéreos.

La gente se queja de que ya no hay información de ellos, del arbitraje de Pimentel; pero tienen la boca cerrada para no influir, además de que no pueden hablar por el miedo a fastidiar el posible buen convenio.

Sin embargo; no calla AENA en sus informaciones ni Fomento que cada día nos sorprende con nuevas noticias y decretos.

Sí, más decretos en plena negociación aprovechando el interés de USCA de llegar a un laudo aceptable.

Como siempre una actitud retorcida y traicionera de los que creen tener el poder. Y mientras, todavía siguen algunos creyendo que lo del puente de la Constitución es punible porque se quedaron sin vacaciones. Todos hablan de privilegiados hablando de los ATC, pero dudo que nadie quiera trabajar en las condiciones de los CA's: vacaciones interrumpidas, horas extras no deseadas, nada de permisos por enfermedad o paternidad, etc.

Sí; ganarán mucho pero si no pueden disfrutarlo ¿para qué les sirve?

En definitiva, es una cuestión de cabreo nacional de los que no han llegado a poseer el status por estudios no realizados; de meterse con otros por la vida que tienen y no les hace feliz.

Y lo peor de todo es que se acogen a la "libertad de expresión" para insultar y sacar veneno de su interior en vez de luchar por su propia felicidad.

La tiranía no hace falta que sea extrema como en Libia o Egipto. También se puede sufrir a niveles más pequeños, con larga duración que terminan agotando.

AENA lo sabe... y Fomento también.

Lo queramos aceptar o no; nuestro Gobierno está cada día más cerca de la tiranía.