jueves, 17 de marzo de 2011

DESIDIA. INDOLENCIA. ESTUPIDEZ.


En estos días en que no he escrito nada hemos asistido a la situación de Libia con los rebeldes luchando contra el dictador Gadafi mientras los políticos occidentales no hacían nada.

Aparte hemos vivido, y seguimos viviendo, el tsunami y terremoto de Japón con movimientos sobre la energía nuclear por los problemas en la central de Fukushima y nadie se acuerda de los casi diez mil muertos por el tsunami.

Otra vez la diplomacia internacional se preocupa de vanalidades: la energía nuclear cuando hay un millar de desaparecidos.

Me resultan divertidos los políticos como la canciller alemana que para evitar males en las próximas elecciones ha prorrogado su dictamen sobre las centrales suyas pendientes de seguir adelante.

Todos los "verdes" del mundo occidental a LUCHAR contra la energía inestable nuclear.

Que yo sepa; en España no tenemos terremotos ni tsunamis de 9 grados en la escala de Ritchter- perdón si lo escribo mal-.

En Japón no han muerto personas por ninguna radiación sino porque el mar se ha tragado las casas menos preparadas para los terremotos- y hablamos de un país que está preparado culturalmente para estos accidentes-.

Y volviendo a Libia; estos políticos preocupados por la energía nuclear han dejado solos a los rebeldes libios y Gadafi y el "portero de discoteca" de su hijo heredero van mofándose de la ONU y Occidente porque están recuperando el país.

Desidia, indolencia, estupidez de unos gobiernos que no se dan cuenta de que si Gadafi recupera el poder ¿qué le van a decir a sus protestas por su comportamiento? ¿Qué todo fue una bromita?

Desidia, indolencia y estupidez.

Si eso es lo que se precisa para ser político, mañana mismo me hago política.

Gaia en Japón protestando por cómo hemos tratado su reino, y Libia a punto de volver a manos de un asesino.

Desidia. Indolencia. Estupidez.